Ensayo: Dogville
Blanca Flor Rodríguez Zárate
Lars Von Trier se caracteriza por hacer filmes polémicos, como Anticristo y los dos volúmenes de Ninfomanía; Dogville, es una película que se mantiene en este rango, desde el punto en el que te das cuenta que no existe una ambientación tradicional del cine, sino un entorno que está más relacionado al teatro; pues todas las escenas ocurren en el mismo espacio y la escenografía está compuesta y dividida por líneas y dibujos en suelo, con algunos objetos complementarios, como un coche que sirve de transportación de bienes para la venta, algunas puertas, muebles y por supuesto la campana, que es un símbolo importante dentro del filme.
La historia gira entorno a Grace, una mujer que llega a un pequeño pueblo en busca de refugio y que con ayuda de Tom, logran persuadir los habitantes de Dogville para que ella sea recibida a cambio de pequeños trabajos que realice, situación que cambia radicalmente a partir de que el pueblo comienza a ser visitado por policías que tratan de dar con el paradero de Grace.
Dogville es una película que presenta la peor cara de los humanos y de lo que pueden llegar a hacer y ser como sociedad, habla sobre la crueldad de los hombres y sobre cómo esta, siempre encuentra una justificación para todos los actos; por lo que luego de un análisis reflexivo individual, puede ser causa de muchas emociones, desde el agradecimiento y compasión, pasando por la tristeza, hasta llegar a la rabia; la justicia y la moral son uno de los tópicos principales.
Presenta elementos para poder construir una crítica a la ética personal, social y aquella que de algún modo está regida por las religiones, sobre la concepción de lo que creemos bueno y lo que creemos malo. Iniciando por los propios personajes del filme, cada uno representando un tipo de personalidad diferente, mayormente negativa, pero que a su vez, ayuda a complementar y mantener un equilibrio dentro de Dogville.
Desde la mirada de los habitantes del pueblo, todo parecía estar en perfecta sintonía y perfección, a la llegada de Grace, las cosas cambian radicalmente, pues gracias a las acciones y pocas opiniones que tenía – tomando en cuenta que no al no ser parte del pueblo, no tenía un lugar en la comunidad – cada una de las personas para las que trabaja, comienzan a darse cuenta que no son de su agrado, por lo que el trato agresivo, discriminatorio, cruel, denigrante, aumenta en a un doscientos por ciento en un abrir y cerrar de ojos.
Gracias a Ciudad de perros, podemos entender un poco el funcionamiento de la sociedad en la que para poder integrarte a un contexto totalmente extraño, debes ser capaz de renunciar a muchas cosas, entre ellas, la más importante y la peor de la que un ser humano se puede desprender, su integridad, hasta convertirte en un esclavo, de ser necesario; y la forma en la que una de las salidas, de levantar la voz y de hacerte respetar, es por la vía de la búsqueda de poder, la cual muchas de las veces, se logra imponiendo autoridad o en su defecto, imponiendo miedo a los otros. Es aquí donde encontramos un conflicto, ¿realmente estas acciones tomadas por la fuerza, van en contra de la ética, inclusive cuando estas atenten contra la propia integridad de las personas, su libertad, o el simple hecho de sentirse vivos?
Aunque pueda sonar grave, toda sociedad requiere de poder, de gángsters que mantengan el equilibrio y el control del comportamiento de la sociedad. Por ejemplo, en la actualidad, es necesaria la presencia y la participación de los narcotraficantes, pues de alguna manera se encargan de las personas que pudieran llegar a poner el peligro el bienestar de una comunidad ajena a los problemas en los que se envuelven.
Dogville deja ver abiertamente, la naturaleza del hombre, cómo es capaz de cualquier cosa por conservar ese instinto de supervivencia y de mantener el poder. De las capas de sentimientos que nos conforman y que nos llevan a tomar decisiones que a vista de otros pueden ser terribles, y nada éticas, pero que puestas en un contexto, no sólo son justificadas, sino también aceptadas, y que esto, no significa volvernos malas personas.
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