martes, 25 de agosto de 2015

samuel

Tatsuo Samuel Chiu Cha González

Dogville

Fue después de haber sido perseguida, que Grace encuentra en un peculiar y “humilde” pueblo, su refugio. Al ser nueva, y saber que no tiene voz y voto en cuanto a las decisiones que se toman en su nuevo hogar, encuentra en Tom alguien en quien depositar su confianza; es su protector y vocero.

Ella encuentra la forma de introducirse a una pequeña sociedad con intenciones aparentemente buenas al trabajar para cada una de las familias, en agradecimiento por haberla ocultado de sus perseguidores.

Al ser sometidos a una enorme presión por parte de los vigilantes (por esconder y proteger a Grace) construyen y le elevan el precio a Grace por ayudarla a no ser encontrada. Es aquí cuando la inmiscuida integrante de Dogville se da cuenta que la bondad que captó en su primera impresión del pueblo, en verdad era una máscara, una falacia.

Es cuando está en peligro la gente cuando saca a flote toda clase de instintos y reflejos, y hará todo por mantenerse a salvo; TODO.

El hombre es un ser racional y emocional, y cuando estos dos elementos chocan entre sí, en ocasiones crea una catástrofe interna. Esto es lo que sucede con los ciudadanos de este peculiar pueblo, cada miembro parece razonar compasivamente el uno al otro (sobre todo hacia Grace) aunque cada uno de ellos lidia con sus propios problemas.

El filme deja en claro algo: la bondad y la maldad son cualidades fundamentales que todo ser humano posee, que va desarrollando mediante experiencias propias de vida. La pregunta es: ¿cuándo salen estos a flote?
Es cosa de que se den las circunstancias adecuadas para que el ser humano decida cómo actuar ante determinada situación.

Este es el caso de los integrantes de Dogville, que, a pesar de que cada uno vive con sus propios problemas, intentan reflejar una actitud servicial y compasiva, pero es cuando se exponen al peligro al esconder a su fiel ayudante, que revelan un segundo rostro, uno extorsionador y corrupto, cosa que afecta a Grace y comienza a pagar el precio por ello.

La vida de Grace en su nuevo hogar dio un giro brutal luego de conocer un perfil de quienes la rodean que aún no había experimentado; el grupo se volcó en contra de ella.

Sin embargo, poco a poco su verdadera cara se irá rebelando. Aquellos que más presumen de su integridad y superioridad moral y ética, son al final iguales de malos que el resto.

Tom pasó de ser la llama encendida que brindaba una cálida esperanza de vida a Grace, a la gota que derramó el vaso. Ella se da cuenta que, al final, él es igual a todos, un doble cara más; es finalmente corrompido por sus deseos físicos y emocionales.

Esta obra del séptimo arte es una montaña rusa de emociones, sobre todo negativas, debido a las falacias que se esconden bajo esos perfiles sencillos de los personajes; refleja una visión de la sociedad desde un ángulo crudo y pesimista.

Al final, puede ser una película, pero no está tan alejada de la realidad; estas sociedades existen, incluso en la nuestra.

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